Desde su creación en 1977, el FIDA se ha centrado exclusivamente en la reducción de la pobreza rural, el trabajo con las poblaciones rurales pobres de los países en desarrollo para eliminar la pobreza, el hambre y la malnutrición; elevar su productividad y sus ingresos; y mejorar la calidad de sus vidas. El Fondo ha diseñado e implementado proyectos en muy diferentes entornos naturales, socio-económicos y culturales. Muchos de los proyectos y programas financiados por el FIDA han sido en zonas remotas, y se han dirigido a algunos de los sectores más pobres y desfavorecidos de la población rural. El FIDA ha reconocido que los grupos vulnerables pueden y contribuir al crecimiento económico. Estos grupos han demostrado que pueden unirse a la corriente principal del desarrollo social y económico, siempre que las causas de su pobreza se entienden y las condiciones propicias para el desarrollo se crean.
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